Sweet Home Tecnocasa. La entrevista.


Mucho se ha escrito de esta marca inmobiliaria, y mucho encontrareis de ella en internet, tanto gente que la defiende a ultranza como ciego defendiendo las pantallas de plasma como gente que la ataca porque no tiene otra cosa que hacer en su vida. Yo tuve la suerte y la desgracia de formar parte de su engranaje y de retirarme a tiempo....y apesar de que causó secuelas emocionales, ha sido la mejor escuela que he podido tener durante más de un año de mi vida.
Si eres de los que estás, estuviste o sigues en "la familia" pensarás que soy uno mas de tantos que despedían cada pocos días y que ahora viene a despiporrar....pero yo, supe retirarme a tiempo. Antes de abrir mi propia Agencia Tecnocasa. Otros siguen pagando el tributo.
Hoy empiezo mis particulares memorias a petición de un gran Blogger como es Dashiell. A quien dedico estas memorias que no sé ni donde ni cuando acabarán.
La entrevista.
Era septiembre de 2004 y el verano no quería dar paso al otoño.

Me había cansado de vivir bien en casa de papá y mamá. La oposición no me motivaba porque no había vivido “lo malo” para anhelar “lo bueno” de la vida. Mi cuerpo pedía marcha y mi cerebro guerra para medrar como persona dándome de ostias con la vida.

Unos días antes había visto por tercera vez un anuncio buscando comerciales en Tecnocasa, había enviado mi currículo y ¡¡por fin!!...me habían llamado para una entrevista que necesitaba a raudales.

Me disponía a colocar la corbata dentro del coche de mi padre para presentarme a una entrevista de trabajo en la “empresa” en la que siempre había querido aprender todo sobre el mundo inmobiliario. Eran los mejores.

Había leído que era la mejor para aprender, lo que desconocía era el coste del aprendizaje. Iba a ser algo caro…para el cuerpo. Te lo contaré más adelante.

Después del viaje de hora y media hacia mi destino, me metí en el primer parking que encontré. Saqué la corbata y la camisa y allí mismo medio en pelotas me coloqué todo en su sitio mientras la gente me miraba atónita y arranqué hacia la oficina donde me harían la entrevista.

Todo lo que emanaban aquellas personas en la oficina era parecer que estaban formando parte del sueño de crecer como persona en una gran familia como era en su momento brillante la gran Tecnocasa.

La oficina central olía a trabajo, a optimismo, gente muy joven con buenos trajes veían pasar futuros compañeros, ahora futuros candidatos…eran los que luego oiría llamar por la calle…”los corbatas verdes”.

Me llevaron a una oficina llena de trabajo. Se respiraba optimismo. El que me entrevistó durante media hora sería mi futuro jefe y aliado.
Hablamos de todo, de la vida, de lo que era Tecnocasa, solo faltaban unas cañas y unas tapas para rematar la tarde. Cuando me di cuenta me estaba preguntando:

- “¿Te gustaría trabajar aquí?”

- “Por supuesto. Hace mucho tiempo que quiero entrar aquí

- Y me extendió la mano. “Entonces, bienvenido a Tecnocasa”.

De la misma manera que me acaba de recorrer un escalofrío al recordarlo…me recorrió en aquella época, otro que debe ser como un mini-orgasmo femenino. Me temblaban las piernas.

Me despedí de mi futuro jefe. Saludé eufórico como niño con zapatos nuevos, a todos y cada uno de los que había en aquella oficina central con su móviles echando humo, sus revistas inmobiliarias, sus corbatas verdes y coñas contínuas y calculadoras echando humo….. y me quedé mirando a aquella pizarra blanca colgada de la pared con endiabladas cifras y códigos que no acertaba comprender…¿Qué sería aquella pizarra donde anotaban cosas mis futuros compañeros?.

Me largué de allí derecho al coche para contar por móvil que lo había logrado. Ahora empezaba la fiesta. El siguiente lunes a las 10 de la mañana me esperaban ver en mi nueva oficina.

Comentarios

Dashiell ha dicho que…
Gracias, estupendo post.
Va a ser una GRAN serie de entradas, seguro.

Entradas populares