Humanidad


Contesto el teléfono ante la llamada poco habitual de mi padre. Me cuenta con respiración acelerada que mi madre ha caido y roto el brazo izquierdo....joooooder....menudo mes de noviembre.

70 kms me separan de ver a mi madre y mientras la carretera pasa a través de la ventanilla de mi pequeño gran teutón me doy cuenta de que da igual donde estés...si sucede algo a un familiar...hay que tener la esperanza de que la buena gente que todavía queda esté cerca para ayudar.

Después de llegar a urgencias y ver que mi madre, aunque con evidente dolor, está tranquila...me voy al pasillo a sentarme un rato. Está en buenas manos. Llevo varias horas de pie y vengo de estar una hora metido en la piscina. El sueño, unido al cansancio, me invade, se me cierran los ojos.....

Despierto...... "Pepe, venid un momento" - le dice una mujer a su marido y el resto de su familia -

Se reunen todos en una esquina y les dan una mala noticia. La cara de las nietas se llena de lágrimas mientras el matrimonio atiende a las malas noticias con cara de concentración hasta que la hermana de Pepe pronuncia la palabras...."cancer" e "irreversible"........entonces su mundo se derrumba.

La abuela se queja en un camilla de un dolor del cual todavía desconoce la causa, mientras a una decena de metros, una de las nietas le dice a su familia... "que non vos vexa chorar".

La noche en los box de urgencias es relativamente tranquila y observo como unos entran nerviosos, los hay buscando desesperademente detrás de las cortinas de los box, una cara que los guie hacia su ser querido, otros como si ya fueran habituales de la noche hospitalaria, traen un niño con fiebre, ya conocen a todos los médicos y los celadores no llevan en la silla de ruedas a otro paciente...ya lo saludan por el nombre a la entrada con puertas automáticas.

Los "traumas" le ponen a mi madre un inmovilizador en el brazo y nos citan para mañana...no merece la pena quedarse a dormir en este hospital que espera ansioso su merecida jubilación.

Mientras abandono urgencias hay más caras conocidas y la familia de Pepe se reune alrededor de la abuela acariciándole su amable y dolorida cara que tapa con el brazo izquierdo.....a ella no se lo han dicho pero creo ya lo sabe. Los humanos chocamos entre nosotros, a quién más "chinchamos" es a quién queremos, debemos ser masocas, pero llegados estos momentos, nos vemos acariciando la cara de quien nos vio nacer.

La noche es fría, cierro la cremallera y vuelvo en mi pequeño teutón a casa mientras Coldplay me acompaña. La humanidad todavía funciona.



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PD: GRACIAS a los anónimos y no tan anónimos que ayudasteis a mi madre. Ahora está descansando...de momento se libra del quirófano.

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